Tras la Guerra Civil, España inició un régimen en el que a la autarquía impulsada por la nueva dirección del país se sumó el aislacionismo de las potencias que habían ganado la Segunda Guerra Mundial. Esto, junto a la situación en la que quedó la nación provocó un retraso en muchos ámbitos al carecer de la tecnología que requería el impulso, sobre todo el industrial, que se estaba viendo en otros países, también ayudados por el Plan Marshall que aquí llegó de refilón. En este contexto, un grupo de 61 vallisoletanos se decidieron en 1951 crear una fábrica para construir aquí los coches que no estaban llegando por estar las fronteras cerradas. Estamos hablando de la mítica FASA, que aún sigue en pie, y el acuerdo fue con Renault, para convertirse en lo que posteriormente sería la FASA Renault, denominación con la que aún hoy se conoce a la factoría castellana.

Además, otro de los retos de este grupo de emprendedores fue el de juntar los 60 millones que requería la operación de su propio bolsillo y allegados, sin contar con las entidades bancarias de la época. A inicios de 1952 compraron las naves, que ampliaron para instalar las líneas de producción, y en octubre comenzaron a producir, no sin dificultades porque algunas de las piezas tenían que llegar inevitablemente desde Francia. Así que se puede considerar a este Renault 4/4, cuyo nombre original en Francia era Renault 4 CV, como el primer coche popular de nuestras carreteras. Este 1952 terminó con 414 unidades producidas. Todo un logro. Por cierto, la SEAT, de creación estatal, por el Instituto Nacional de Industria y liderada por personal del movimiento, comenzó a fabricar coches, el 1400, en 1953 en la área conocida como Zona Franca de Barcelona, unos meses después que la pucelana de Renault.